Entrevista de Luis Carlos Martinez
Entrevistado por Karen Worcman
Bogota, Colombia
Projeto As Américas e Suas Histórias
Entrevista número AMH_HV009
Transcrita via Transkriptor
Revisão Gerardo Déleon
00:00:14
P/1 - Luis Carlos Manjarrés Martinez. Entrevistado por Karen Worcmn, grabado por Marcelo Larrea Programa América y sus historias, Museo da Pessoa. Entrevista número 10. Bueno, buen día. Vamos a empezar tu entrevista del principio, o sea, me dices de nuevo tu nombre, donde naciste...
00:00:45
R - Bueno, soy Luis Martinez, museólogo y actual coordinador del programa de fortalecimiento de museos. Siempre he dicho que yo soy un híbrido colombiano porque nací en la Guajira, al norte del país, en un departamento periférico y olvidado de este país y por dinámicas del conflicto y de las nuevas oportunidades y de lo que les toca vivir a nuestros padres, nos desplazamos cuando yo tenía nueve años a Villavicencio, que es un municipio en donde arranca la puerta de los llanos orientales y terminé luego mis estudios de bachiller en la ciudad de Bogotá e hice la universidad acá. Entonces esa es como mi perspectiva. Soy San Juanero de San Juan del Cesar, de la Guajira, pero tengo un arraigo muy fuerte con Villavicencio y con esta ciudad que es la ciudad adoptiva de todos los colombianos que es Bogotá. Siempre definirme o nombrarme o decir quién es, siempre me resulta complejo saber desde qué lugar uno debería anunciarse. Creo que una de las características o de lo más importante que me determina a mí como persona también es ser un sexo disidente de género, ser un hombre gay, en deconstrucción también de las masculinidades y de lo que el patriarcado impone. Entonces salirnos de esos cánones también ha sido importante y creo que esos han sido uno de los primeros triunfos desde que era muy joven y fue empezar con el activismo LGBT a través de Stonewool Javeriano, el grupo de diversidad sexual de la Universidad Javeriana, el primer grupo de...
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Entrevistado por Karen Worcman
Bogota, Colombia
Projeto As Américas e Suas Histórias
Entrevista número AMH_HV009
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Revisão Gerardo Déleon
00:00:14
P/1 - Luis Carlos Manjarrés Martinez. Entrevistado por Karen Worcmn, grabado por Marcelo Larrea Programa América y sus historias, Museo da Pessoa. Entrevista número 10. Bueno, buen día. Vamos a empezar tu entrevista del principio, o sea, me dices de nuevo tu nombre, donde naciste...
00:00:45
R - Bueno, soy Luis Martinez, museólogo y actual coordinador del programa de fortalecimiento de museos. Siempre he dicho que yo soy un híbrido colombiano porque nací en la Guajira, al norte del país, en un departamento periférico y olvidado de este país y por dinámicas del conflicto y de las nuevas oportunidades y de lo que les toca vivir a nuestros padres, nos desplazamos cuando yo tenía nueve años a Villavicencio, que es un municipio en donde arranca la puerta de los llanos orientales y terminé luego mis estudios de bachiller en la ciudad de Bogotá e hice la universidad acá. Entonces esa es como mi perspectiva. Soy San Juanero de San Juan del Cesar, de la Guajira, pero tengo un arraigo muy fuerte con Villavicencio y con esta ciudad que es la ciudad adoptiva de todos los colombianos que es Bogotá. Siempre definirme o nombrarme o decir quién es, siempre me resulta complejo saber desde qué lugar uno debería anunciarse. Creo que una de las características o de lo más importante que me determina a mí como persona también es ser un sexo disidente de género, ser un hombre gay, en deconstrucción también de las masculinidades y de lo que el patriarcado impone. Entonces salirnos de esos cánones también ha sido importante y creo que esos han sido uno de los primeros triunfos desde que era muy joven y fue empezar con el activismo LGBT a través de Stonewool Javeriano, el grupo de diversidad sexual de la Universidad Javeriana, el primer grupo de diversidad sexual de universidad católica en Latinoamérica o pontificia y posteriormente continuando el trabajo de activismo cultural a través del Museo, que es una iniciativa museológica de carácter voluntario sin ánimo de lucro que está en tránsito y que se encarga de recuperar las memorias del sector social LGBTI en Colombia.
00:03:08
P/1 - Bien, bueno, ahora vamos a volver un poco y vas a un poco cerrar tus ojos si lo quieres, pero imagínate hacer un viaje hasta la primera recordación que tienes de tu vida, entonces espera un poco que no te vas a viajar hasta ahí e imagina cuál es la primera imagen, que puede no ser una imagen, puede ser un ruido, un olor, una sensación, pero vas atrás, respira y va llegando en este hogar, que es un hogar que tal vez no lo visité mucho, pero que le reconoce y que te reconoce como una de las primeras cosas que están en tu memoria cuando llega a este lugar, míralo y siéntalo, si es un olor, escucha el ruido, si hay un ruido y cuando lo tenga así cerca de ti, ¿puede describirme?
00:04:32
R - Me ubico en la casa donde crecí y nací, ubicada en la plaza central del municipio de San Juan del Cesar de la Guajira, un municipio que es importante, que tiene una historia importante porque fue un enclave español latín cerca a Valledupar, un municipio con mucha bonanza y usualmente siempre en las plazas centrales se ubican los poderes, está la alcaldía, está la iglesia y nuestra casa queda ubicada en ese marco de la plaza central. Creo que mi papá, que viene de una familia de clase media, junto con mi mamá, cuando se conocen en Bogotá, vuelven a la Guajira y arrancan el proceso de crecer ganándose el contrato de aseo y cafetería de una multinacional que iba a llegar a hacer una explotación minera de carbón. Esa multinacional actualmente se llama El Cerrejón. Y de ese proceso de empezar haciendo con pequeños contratos de aseo y cafetería, pues ellos lograron tener un capital importante en los campamentos de Albania, en los campamentos de la mina. Mi papá pudo ahorrar y lo que hizo fue invertir en plantas de agua, porque esta zona no tiene agua potable y a través de la comercialización de agua potable y de la comercialización de algodón y de ganado, que era lo que como las producciones económicas, lograron conseguir una casa muy grande en la plaza. Esta casa era, incluso en las fotos y en los registros y lo que he podido datear, una casa que se acerca además a la fundación del mismo caserío, del mismo pueblo.
00:06:49
P/1 - ¿Cómo era la casa?
00:06:54
P/1 - Recuerdo mucho el color salmón.
Parte 2
00:00:01
P/1 - ¿Porque naciste ahí, no?
00:00:02
R - Sí, es una casa grande, frontal, de un solo piso. Recuerdo mucho que tenía, tiene cuatro habitaciones, tres habitaciones, a mano derecha la habitación de mis padres, mi habitación, luego un rinconcito y la habitación de mis hermanas. Y tenía dos espacios como de estar antes de llegar al comedor. Y el comedor conectaba con un gran palo de mango, con un gran palo de mango que era como el centro de la casa y que era donde era el lugar más fresco en una zona que es muy, muy, muy caliente. Y posterior a ello llegaba un pequeño traspatio, un pequeño patio, y los garajes donde estaban la bodega, donde se guardaba el algodón de la casa y el carro, más la cocina que estaba en la parte de atrás también de la casa. Recuerdo, claro, los recuerdos que yo tengo de esa casa, y ahí hay cosas que vas a empezar a notar sobre mi memoria de la infancia. Tiene que ver con que primero uno lo ve todo grande, con la perspectiva. Con los años tuve la oportunidad de llegar y no la vi tan grande como les recordaba.
Con esa casa tenemos un aprecio muy especial como familia, porque la quisimos mucho y fue uno de los objetos que más nos dolió perder en ese tiempo de crisis económica, de conflicto, que hizo que nos desplazáramos. Y yo siento que por varias razones que he venido tratando en toda mi vida de mi relacionamiento con el padre, he anulado varias de las memorias o incluso las he modificado y no tengo cómo recuperar la versión original de la memoria, creo yo. Estoy intuyendo, pero la memoria es muy caprichosa. Y tengo recuerdos de ser un niño muy feliz, pero tengo pocos recuerdos.
00:02:27
P/1 - ¿Y ahí vivía quién? Me dices el nombre, quién era, quién vivía en esta casa.
00:02:32
R - Ahí estábamos. Yo soy el hijo menor de un matrimonio, Marta Lucía Martínez Llanera, una economista, una mujer muy pujante y muy amorosa como madre, muy comprensiva. Y mi padre, Luis Carlos Manjarrés Ariza, y mis dos hermanas, Ana Lucía Manjarrés Martínez y Cristina Rosario Manjarrés. Curiosamente, mis hermanas fueron las que empezaron a decirme Luis Carlitos, en diminutivo al nombre de mi padre, para ser junior, pues. Y efectivamente, nos llamamos igual, compartimos los dos primeros nombres y el primer apellido. Y yo creo que nuestra relación en San Juan, pues, nuestra relación mientras era pequeño fue una buena relación, creo yo.
00:03:35
P/1 - ¿Qué te acuerdas de tu padre? Primero tu padre
00:03:42
R - De mi padre, siempre recordaré que era un hombre muy trabajador, muy serio, que fumaba. Recuerdo mucho estar haciendo carticas de feliz día del padre, y recuerdo que le dibujaba el símbolo de Malboro rojo porque lo relacionaba con mi padre. Usaba sombrero, toda la vida usó sombrero y era un hombre ejemplar en el sentido de ser un hijo exitoso dentro de su familia, de tener una buena relación con su madre y con sus hermanos, pero así como era el ejemplo, también era muy estricto.
00:04:28
P/1 - Era estricto, entonces.
00:04:29
R - Entonces, o al menos yo recuerdo tenerle temor desde siempre.
00:04:34
P/1 - ¿Por ejemplo, en qué momento de chico sentía temor?
00:04:40
R - No, pues nunca fui suficiente. O sea, incluso siendo muy, muy niño, sentía la insuficiencia frente a las expectativas que él tenía de su primer hombre varón. Mis hermanas me llevan cinco años. Es decir, ellos tuvieron dos hijas y buscaron el varón, buscaron el hombre y ahí llegué yo. Y en esas sociedades de estos pueblos en donde igual sí hay unas dinámicas de poder y de clase, es importante tener el heredero, es importante tener el compadre y poder también usar a tu hijo como signo de estatus. Sí, como que ese era el recuerdo también que tengo de que ellos estaban muy bien conectados, que estaban teniendo una vida feliz y exitosa, pero también rodeada de unas dinámicas muy complejas, económicas para mantener ese escenario, ese espacio. Pero también, según lo que yo entiendo y lo que he tenido siempre en mi memoria, que son los momentos en donde vienen las crisis, por decirlo de alguna manera, entre los 8, 9 años mi padre empieza a recibir muchas amenazas y empieza a estar cada día más intranquilo. Es probable que eso haya empezado antes, pero entonces él debía sacar la cuota para poder pagarle a los grupos, a los grupos que le exigían dicha cuota para poder seguir con sus negocios.
00:06:26
P/1 - ¿Y qué grupos?
00:06:27
R - Sí, ahí en esa zona siempre estuvo el ELN, el Ejército de Liberación Nacional y la guerrilla, quienes eran los que extorsionaban más reiteradamente a mi familia.
00:06:41
P/1 - ¿Y cómo esto te llegó como niño? ¿Cómo sabes?
00:06:45
R - Recuerdo mucho una ocasión en la que llegó una carta que recibió mi hermana mayor, ella debía tener como unos 14-15 años. Y recuerdo que mi mamá se molestó muchísimo, o sea, se alertó, pero su reacción fue también atentar contra mi hermana o regañar a mi hermana por haber recibido la carta.
00:07:08
P/1 - ¿Qué tenía esta carta?
00:07:10
R - La carta era como el ultimátum, como si no entregan, pues los vamos a sí, si no pagan, pues van a haber afectaciones a su vida.
00:07:25
P/1 - ¿Y por qué tu madre?
00:07:27
R - No, yo creo que tenía mucha presión en ese entonces y yo creo que a partir de esos momentos nuestra vida se enrareció mucho. Y yo creo que yo fui un niño que no tenía la capacidad de entender o que las memorias, porque sabes que lo he intentado, he intentado recuperar estas memorias y son muy dolorosas. Nosotros, por ejemplo, no estamos en el registro de víctimas porque al final lo que termina pasando es que mi papá se endeuda para poder continuar haciendo muchas cosas y al final lo que somos es realmente víctimas del sistema financiero, perdimos todo o tocó entregarlo todo a punta de hipotecas y demás y eso no legitima tanto tu posición de víctima. Y además en estos terrenos, en Colombia, las victimizaciones se miden porque tanto daño le hicieron a tu cuerpo o que tanto daño atentaron también contra una vida. Es decir, como está tan magnificado el conflicto, tú eres menos víctima si simplemente tuviste unas poli-victimizaciones por el conflicto, si fue una amenaza o si tal vez mi papá duró secuestrado uno o dos días. Pues eso no es tan grave, entonces todo ese proceso fue un proceso que me acompañó durante dos años como de era tanto lo que tenían que atender mis padres que siento que estuve un poco solo también durante ese proceso.
00:09:12
P/1 - Me puedes explicar mejor qué es lo que tenian que atender, el negocio, las amenazas, el estatus social. Me explica un poco más de estos años entonces que empezaron las crisis.
00:09:26
R - Digamos, que yo creo que se cayó el negocio, o sea la presión tenía que ver en responderle a las amenazas, a las cuotas y a las extorsiones. Yo creo que las extorsiones es un factor que entró a entorpecer todas las dinámicas, mi papá empezó a tomar mucho. Entonces habían recuerdos también de que él llegaba preocupado, tomado.
00:09:57
P/1 ¿Se peleaban los dos?
00:09:59
R - Había un poco de sí, había violencia también por parte de mi padre. Pues insisto que la memoria es caprichosa, pero si el relato lo tengo que dar el día de hoy, era una familia linda, con tres hijos que le temían al padre, con una mamá sobreprotectora que intentaba que nosotros no nos diéramos cuenta de nada, que también nos exigía mucho y teníamos mucha prosperidad económica y eso se empezó a diluir y resultamos desplazándonos o viniéndonos a vivir a la finca de mi abuela en Villavicencio, que es la mamá de mi mamá.
P/1 -¿Por qué perdieron entonces?
R - Entonces es también el rol de un hombre machista ejemplo también reconociendo que tiene que volver a empezar en la casa de su suegra. Y creo que Villavicencio en medio de todo fue un lugar, fue un bálsamo también para poder resurgir como familia.
00:11:14
P/1 - ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Te acuerdas cuando llegaron?
00:11:18
R - Nosotros veníamos de la Guajira a Villavicencio, veníamos solamente los fines de año a saludar a la familia de mi mamá. Entonces siempre lo vimos como un lugar que queríamos mucho o que quisimos mucho porque era el lugar de vacacionar y llegar a vivir pues era distinto, pero aún así yo estaba muy emocionado. Insisto y voy a contar una anécdota sólo para que quede registrada, que tal vez pueda explicar la relación que tenía con mi padre. Él tenía un amigo muy cercano de toda la vida que se llamaba Juan. Y recuerdo una tarde cualquiera en esos traspatios con palos de mango, dos niños, es decir, como el hijo adoptivo de Juan. Sí, el hijo adoptivo de Juan, como que una sobrina o algo lo había tenido y él lo adopta, que se llama Edward, era como un añito menor que yo. Y estaba yo y estaban los dos papás. Y recuerdo la escena en que, no sé por qué razón, terminaron como retándose entre ellos para ver quién le metía más goles al otro, como niños.
00:12:39
Es decir, nosotros seguramente estábamos jugando con el balón y ellos se pusieron a vernos y la idea era ver quién metía más goles. Obviamente, mi habilidad motriz desde ese entonces, o sea, mi habilidad como del fútbol y demás, nunca ha sido lo mío. Y recuerdo, tengo muy grabado, muy vivida la cara de decepción de mi padre por haber perdido. Y habernos montado en el carro y ser la primera vez que me dijo inútil y esa inutilidad que que me la repitió luego muchas otras veces, algunas veces con jocosidad, otras veces con vehemencia, creo que fue la que hizo que yo poco a poco me fuera dando cuenta que nunca iba a ser suficiente para él. Y creo que eso es liberador también. Yo sé que es difícil, yo sé que es duro, pero en este momento, por ejemplo, que yo llevo seis años sin hablar con él, pues todo lo que vivimos juntos como padre e hijo fue importante también para yo entender que podía enterrarlo en vida y que podía renunciar a su figura, y que eso no me hace menos tampoco. Y que pese a que lo intenté de 1000 maneras, o que lo busqué o que estuve ahí por los lados, él nunca me va a entender y nunca va a comprender, y que sé que le pesa más a él que a mí actualmente.
00:14:16
Entonces, pues estoy tranquilo con eso, porque de verdad uno pues yo que últimamente he estado como en procesos importantes de autoconocimiento, de reconocimiento, de entender quién soy, desde regresión al niño interior hasta constelaciones familiares, pues he podido hacer un proceso de entender que en su momento, si me equivoqué y no lo honré, pues también era era no había malicia ni mala intención como niño, como adolescente o como joven de hacer eso. Pero parte de la llegada de Villavicencio también fue poder reiniciar, empezar y abandonar un poco el temor a ser contrario a como estábamos en la casa Villavicencio es un matriarcado, son nueve hermanos, de los cuales siete son hermanas, más mi abuela, que era la figura más fuerte y yo creo que una de las mujeres que más admiro, según las historias que contaba. Porque, por ejemplo, mi abuela se casó con un hombre muy conservador. Ella era de izquierdas, de izquierda casi guerrillera, como dicen, del Monte. Y mi abuelo la sacó, básicamente del Monte se la trajo con 16 años, muy conservador. Y ella siempre encontró estrategias en esa época para poder, por ejemplo, cambiar su papeleta del voto y votar por quien quería. O que decían, que dentro de los camiones de mi abuelo de ganado, ayudaba también a sacar personas que estaban en riesgo. Todas esas historias las tengo, pero el recuerdo que tengo de mi abuela Chinca, para que mis abuelos todos los cuatro. Claro, abuelo es abuelo y le llega a uno la memoria, pero mi abuelo, por parte de papá era un hombre muy culto, decían que sabía latín y hay un rumor muy fuerte de que era masón. Por parte de mi abuela Charito, una mujer también muy, muy comprensiva, muy buena, pero mi abuela Chinka sí era la de los dichos, la avispada, por decirlo de alguna manera. Como que es una mujer que era la amalgama de la familia y que la quisimos mucho. Yo llegué a su casa teniendo 9 años. De esas abuelas que te hace salir a trabajar también y que te hace ponerte en función de la de la casa y de ir a apartar, que es cuando uno separa el becerro de la vaca.
00:17:20
P/1 - ¿Pues era una finca, mismo?
00:17:23
R- Si, quedaba muy cerca Villavicencio, quedaba muy cerca el casco urbano, 2 km. Pero la dinámica era una finca. Y yo llegué a estudiar en colegios públicos y departamentales, que además fue una juventud muy linda. Bueno, excepto por un par de episodios, o bueno, por episodios recurrentes de sí, de abuso sexual por parte de un familiar. Entre noveno, pues en esta etapa que les estoy contando.
00:18:09
P/1 - ¿Pero contigo?
00:18:14
R - Esto sí. Entonces esto es muy curioso porque en su momento, solo hasta ahorita que mi sobrino tiene la edad que yo tenía, entiendo la inocencia de lo que yo estaba pasando. Y lo entiendo como una agresión. Y soy capaz de decir lo que fue una agresión porque durante mucho tiempo justifiqué que eso haya pasado. Porque además agradezco que haya pasado. O sea, en algún momento lo agradecí en el sentido de que eso posibilitó hacer más fácil que yo fuera gay, tal vez. Entonces siempre justifique eso que estaba pasando, que acontecía.
00:18:49
P/1 - ¿Me puede contar? Si no lo quiere no lo cuentas.
00:18:52
R - Pues no sé, después lo revisamos. Te lo voy a contar porque estoy sacando…
00:18:56
P/1 - Pero después si quieres sacamos.
00:18:57
R - Yo creo que es determinante dentro de mi historia. Es un primo, él tenía 18-17 años y yo tenía 8-9 años. Y pues arranca todo el tema de yo en ese momento tratando de entender qué le pasaba a uno en el desarrollo y con el afán de , porque además es que hay muchas cosas que son súper violentas todo el tiempo, que si te estás haciendo y, que si te estás masturbando te van a salir pelos en la mano. Sí, como que hay un montón de mitos. Y pues él era la persona más cercana, pues frente a la ausencia del padre también para poder hacerle preguntas de ese tipo. Y creo que eso indujo a mostrarme vulnerable para que empezara a proponer mayores sí, empezará a proponer acciones directas que son abuso.
Entonces nunca hubo penetración, pero sí hubo una instrumentalización de mí a su disfrute. Clarísimo. Y eso fue muy recurrente durante tres años. Yo nunca le puse, o sea, como que nunca le vi la malicia, obvio, pero pues pasó e insisto, sólo hasta ahorita yo logré. Creo que eso fue eso que me haya pasado de esa manera en en ese lugar, creo que fue lo que abrió la puerta de que mi mamá fuera un poco más comprensiva, a aceptar mi homosexualidad, porque ya siempre inicialmente el asunto es a quién le echamos la culpa. Necesitan para dejar de sentir culpa, necesitan la persona echarle la culpa y lo ubicaban externo a los círculos de cuidado. Entonces eso también la hacía sentir culpable en el sentido de por qué lo permití. Yo le dije no es que tú hayas permitido, es que incluso pasó en el lugar que en los lugares más cercanos, en el lugar más seguro del planeta para mí en este momento, que es esa casa, que además fue una casa que nos brinda mucha felicidad y que estamos muy bien, pero solo muy recientemente empiezo también a determinar y a empezar a decir que efectivamente sí pasó, que efectivamente sí fue una agresión, que yo por más conciencia que tenga como niño de nueve años y que la tenía, pues se aprovechó de pronto de mi soledad, de mi falta de comunicación, de las preocupaciones de ellos y pues que él era más grande para saber que no podía hacerlo conmigo. Pero también agradezco mucho que yo lo haya tomado muy tranquilo, porque creo que ser su propio terapeuta nunca es fácil. Entonces, bueno, llegué, eso pasó, estaba en el colegio, empecé a tener episodios, ni siquiera me había desarrollado sexualmente y ya a mí ya me señalaban y tenía episodios de bullying muy fuertes. Entonces, desde que ya nosotros salimos de la casa, logramos una casa en la parte urbana y por ejemplo, ahí me hicieron, ponle que con 10, 11,12 años me daba miedo ir a la tienda a ser mandados.
00:22:39
P/1 - ¿Por qué?
00:22:40
R - Porque un grupito de amigos de la cuadra, un grupito de hombres de la cuadra, yo no salía mucho y como que nunca congenié con ellos, y pues obviamente había bullying de ellos hacia mí, a tal punto que me hicieron dos cosas que fueron muy graves. Una es que me cogieron con una pistola de balín y me reventaron los huevos que estaba saliendo a comprar. Entonces eso ya evidenciaba a un niño de 12 años que te llegue llorando con los huevos rotos, nunca más te voy a volver a la tienda a comprar huevos. Pues ya empezaba a preocupar a mi mamá, más que empezaron a hostigarme al frente de la casa, y cada vez que pasaban gritaban ahí vive la mariquita o lo que sea. Pero de verdad, cero intención también de reivindicarme en ese momento, yo solamente tenía miedo. Y otra ocasión fue que se metieron al cuarto, sólo se metieron a mi cuarto de la casa y se llevaron las cosas como que yo más quería, desde un cubre lecho del nacional. Me acuerdo mucho, eso fue que me regalaron unas pues eran los regalos de Navidad. Nosotros estábamos en la finca y la casa se quedaba sola, pero mi mamá había bajado los regalos y los había dejado en mi cuarto. Entonces los regalos de ese diciembre se los robaron.
¿Este chico?
R - Sí recuerdo mucho que le decían patacón, patacón.
00:24:12
P/1 - ¿Y en la escuela? ¿Estaban en la misma escuela que tú?
00:24:15
R - No, yo en la escuela más bien tenía buenas relaciones, pues porque venía desde chiquito y tenía como un grupo de amigos y tenía un grupo, un círculo que me respaldaba. Yo en el colegio nunca tuve problemas, porque nos queríamos mucho, porque era un grupo que habíamos crecido básicamente. Y no, en el colegio yo nunca tuve problemas, el problema era salir del colegio y subir al barrio. Pero pasé de un colegio mixto departamental, mis hermanas se vienen a estudiar a la universidad y yo entro aquí a Bogotá al colegio Agustiniano, San Nicolás, que son uno de los colegios más exigentes académicamente. Y en ese colegio mi grupo eran máximo dos grupos de 35 personas, allá, aquí eran seis onces, o sea, seis cursos, cada uno con 50 personas. Entonces estábamos hablando de que eran 250 solo hombres. Además que hacíamos formación al principio y que nos hacían orar. Muy católico. Sí, entré con matrícula condicional. Sí, con una matrícula en condición, porque mi nivel académico, pese a que yo venía becado y pese a que había tenido muy buenos resultados y tenía muchas becas en el territorio, en Villavicencio, el nivel académico de Villavicencio, de excelencia era deficiente en Bogotá. Entonces me dieron la opción o entras a noveno o te devuelves a octavo. Entras a noveno con matrícula condicional y a los tres meses te evaluamos y si no tienes, si no pasas, te regresamos un año. Yo no iba a perder un año jamás. Entonces yo dije no, yo entro a noveno. Y curiosamente me empecé a rodear de gente que admiro y aprecio muchísimo y que todavía tengo contacto hoy. También muy hábil, porque siempre fui muy hábil. Entonces me agrupé con el mejor en dibujo técnico, por ejemplo, nos enseñaban dibujo técnico, que es el dibujo arquitectónico, que yo lo odiaba y que el profesor era terrible. Entonces mi mejor amigo primero fue el más duro y el mejor en dibujo técnico. Y así poco a poco fui haciéndome a un grupito que después nos decían el cuartel de las feas. El cuartel de las feas en ese entonces estaba Betty la fea muy en furor en Colombia en ese momento, que todo el país se paralizaba para ver Betty la fea. Y mi grupito éramos siete, coincidimos entre la langaruta era el altote del grupo, Inesita era el más chiquito, cada uno tenía de verdad, era un apodo muy bien dado por todo el colectivo y teníamos escenarios de bullying. Sin embargo, yo me convertí yo digamos que no era el foco del bullying y creo que logré sortear, pero también como que me convertí en una forma o un modo de poder proteger también como a los que recibían más violencia, que eran dos de ese grupo. Todavía es un grupo que estimo mucho.
00:27:47
Al final me gradué, pero lo que yo hacía y eso también siempre en la vida hay relatos muy difíciles y siempre hay cosas muy buenas que están pasando. Digamos que de Villavicencio agradezco mucho la oportunidad de haber convivido con mi abuela, de haber aprendido de ella, de haber vivido en el campo, de tener ese lugar. Y en esta etapa en Bogotá, creo que una de las cosas que más me gustaba era que el colegio quedaba en toda la Candelaria, en todo el centro histórico. Y a veces antes de irme a la casa me escapaba y visitaba un museo, o incluso me escapaba de las clases o me inventaba algo y también iba a actividades de museos. Entonces fue muy curioso porque el primer museo que yo visité en Bogotá fue el museo que yo dirigí hace poco.
00:28:42
P/1 - ¿Qué museo?
00:28:43
R - Era la Casa Sábano, que es una casa del museo de Bogotá en donde hacen exposiciones temporales. Entonces eso como que la vida hace sus propias venganzas y es muy claro que uno va logrando sus caminos. Entonces la historia fue más o menos vivíamos en Santa Isabel, que es un barrio tradicional bogotano en el sur de la ciudad, en una casa en donde vivían todos los universitarios de mi familia. Es decir, ahí vivíamos una tía y una prima y vivía un primo y una prima. Es decir, vivíamos cuatro personas más nosotros cinco. Era un inquilinato.
00:29:30
P/1 -¿Pero por qué, era ya alguien en la casa?
00:29:33
R- Era la casa paterna, o sea, era la casa paterna de mi paterna y materna de mi mamá.
00:29:41
P/1 - ¿Era la casa de tus abuelos?
00:29:42
R - Es decir, era la casa de mis abuelos, es decir, es la casa donde mi mamá creció y pues era la casa, estaba disponible, es una casa que tenía muchos cuartos y pues no era tan fácil mantener unas universidades o mantener la universidad y tener vivienda propia. Tampoco es que estemos económicamente como también como para tomar ese tipo de decisiones, simplemente éramos clase media y tocaba vivir así. Y eso, pasaba de todo en esa casa. Y mientras tanto, yo también tratando de descubrir con mucha más claridad frente a aceptarme. Recuerdo mucho que yo me acepté estando en esa casa, estando todavía en el colegio. Esta historia es muy bonita, pero no sé si la voy a contar porque luego la editan. Existía un canal de televisión que mostraba porno soft heterosexual en la noche, Haz de cuenta, TNT o The Filson se llamaba. Y The Filson mostraba, recuerdo que se veía así como borroso, pero uno medio intuía qué estaba pasando, pero era pornografía heterosexual.
Y yo estaba viendo ese canal y al otro lado estaba no se lo cuentes a nadie, que es una adaptación de una película de un libro de Jaime Bale, en donde no pasa nada, sino que simplemente se tocan las manos, dos adolescentes se tocaban la mano y yo veía, yo pasaba a tratar de ver lo explícito heterosexual y no pasaba nada, pero pasaba. Y solamente la tensión que estaba ocurriendo entre esos dos chicos en televisión me confirmaba que sentía más y que eso que yo estaba viendo era lo que me estaba pasando a mí y que por ende entonces yo ese día lloré y dije ya, yo soy. Después de ese día, ponle que estaba en 10º de verdad, ni siquiera había perdido ningún tipo de virginidad más allá de lo que había pasado en clave de morbo y de felaciones con mi primo. Pero yo me acepté solito, me acepté estando en un espacio seguro y sin tener que estar todavía, sin haber empezado todavía mi vida sexual. Yo ahí era virgen, pues viví mi colegio, museos, mis hermanas, mi familia ampliada y todo lo demás. Mi papá sigue en la casa.
P/1 - ¿Él trabajaba?
R - Sí, creo que cada vez acumulando mayores frustraciones, pues seguramente por lo suave. Recuerdo que había cosas que me decían. Siéntate bien, seguramente se me veía algún tipo de expresiones femeninas y él trataba de corregirlas. Pero bien, digamos que él tuvo un proceso muy interesante después de la muerte de mi abuela, o sea, la señora que nos recibió en la finca, mi abuela Chinka, que murió joven, en el cual no pude estar en su entierro, eso es otra historia, pero fue porque él dejó de fumar, dejó de tomar tanto y como que matizó un poquito su violencia. Pero para mí siempre él va a ser un lugar, una persona que sí, que disfruta de ver a mi mamá sufrir, o sea, que es controlador, que es celoso, que es machista, que si le sale algo mal en el plato, en vez de decir no quiero o está crudo, o actuar como una persona civilizada, coge el plato, llama a la mamá y se lo tira en el patio. Sí, ese tipo de escenas pues las viví y pues no es por hacerlo quedar mal ni nada por el estilo, pero pues así pasó. Siempre muy buen estudiante, juicioso, por el camino del bien, un hombre de buenas costumbres en medio de todo. Y entre a estudiar, estaba en ese proceso de saber qué iba a estudiar. Mis hermanas eran javerianas, se habían graduado una economista y otra politóloga de la Javeriana. Y pues viniendo de colegio católico, la Javeriana es una buena universidad, a mí me gustaba, mis hermanas eran de ahí. Y no era tan costosa tampoco, pues, o sea, la lograba. Lo único fue que yo llené mi formulario de inscripción y le puse el formulario como le puse el formulario de inscripción en la mesa de desayuno a mi papá y le dije ya está diligenciado, escoja usted la carrera, derecho o comunicación.
Porque yo tenía miedo de aceptar. Obviamente comunicación es una carrera que se eso reafirmaba, eso podía llegar a reafirmar mucho de lo que mi mamá y mi papá pensaban.
P/1 - ¿Como una carrera femenina?
R - Como una carrera femenina. Entonces él cogió el formulario y pues estudia comunicación para que seas el periodista que yo nunca fui. Y mi papá es una persona muy inteligente, él toda la vida quiso ser periodista. Él es de los que encuentra un gazapo en el periódico, está pendiente de la ortografía, tiene una ortografía, escribe increíble, es un hombre liberal, de izquierda, ahí sí, como dicen, un libre pensador, pero que no pudo con aceptar que su hijo sea gay. Entonces, bueno, esa era como la historia. Al final empecé a estudiar comunicación en la Javeriana. Yo creo que le agradezco mucho porque a mí me gusta mucho ser comunicador.
Yo entré a comunicación porque creía que la comunicación era un mecanismo para la transformación social del mundo. Yo había intentado participar en boy scouts, en los caballeros de la virgen, casi me quedo de monje con los caballeros de la virgen estando de colegio, solo que mi mamá me prohibió irme porque los caballeros de la virgen, consagran niños, consagran personas muy jóvenes y de verdad uno se puede ir a vivir con ellos. Yo estuve muy, muy, muy cerquita en eso. Me rezaba 15 rosarios diarios, estaba muy bien. Creo que mi infancia fue una infancia muy loca. Empecé a estudiar la Javeriana y ya en la Javeriana, ahí sí, desde el primer momento yo empecé a ver dinámicas de bullying, empecé a ver tufos de bullying.
P/1 - ¿Pero contigo?
R - Contra mí, justamente por lo mismo, recordando lo que había vivido en Villavicencio con los chicos del barrio. ¿Y yo dije aquí no me la van a hacer de nuevo, yo voy a salir de una vez y voy a plantarme desde el activismo de sí, soy gay y qué? Y a mí me respetas. Y lo hice desde el primer semestre al segundo semestre ya estábamos abriendo y creando Stonewolfiano. Fue una decisión propia, a mí nadie me sacó del closet, pero allá en la casa efectivamente estaba enclosetado. Pero en la universidad desde el primer momento estuve abierto.
00:37:14
P/1 - ¿Y cómo fue este cambio de ti en la universidad? ¿Qué sentís? ¿Cuál fue?
00:37:23
R - La universidad siempre fue un lugar seguro para mí y ahí pasan varias cosas. Yo tuve un muy buen promedio el primer semestre y entré a ser monitor de decanatura académica en segundo semestre. Entonces, claro, era activista LGBT, tenía un puesto como monitor de decanatura, entonces tuve una posición muy rápido de poder en la facultad de Comunicación Social, trabajé en eventos grandes y me di a conocer y me fue muy bien en la carrera. La carrera de la universidad siempre fue un lugar en el cual pude hacer lo que quise. Fui delegado de la Asociación Colombiana de Estudiantes de Comunicación Social, capítulo Javeriana, organicé felafax, no, lo que se te ocurra. Yo hacía de todo, menos estudiar, asistir a clase particular, por decirlo de alguna manera, porque siempre estaba activando, gestionando y haciendo otras cosas. Me gané la beca de excelencia académica en los últimos semestres por mejor promedio frente a todos los estudiantes de la universidad, que eso fue lo que posibilitó que me graduara, porque a mí me dejaron de apoyar también financieramente los últimos semestres para graduarme, porque ya en ese entonces me habían descubierto que era gay. La forma en la que me descubren que soy gay.
00:38:51
P/1 - Iba a ahí ¿cómo pasó? Bueno, ¿cómo te fue toda esta historia? Te iba a pedir para volver un tanto, de una versión más íntima. Me explicaste un poco, pero como un poco más empezaste a pensar algo que no está a pensar sobre sí mismo, que hay de distinto hasta que te fuera asumiendo. Es como te descubrieron en la casa. Entonces cómo vuelve al principio más o menos.
00:39:23
R - Más o menos, el orden es el orden es de la siguiente manera yo ya estaba en la universidad, ¿no? ¿Entonces te acuerdas que te conté la cena de la película? Eso pasó en 10º. Pongámosle en 11, a finales, terminando 11. Yo tuve la primera vez que bese a un hombre. Además esa historia es… Yo tenía una, digamos nuestros papás hay que volver a cerrar. Mi papá tenía un compadre, el compadre tenía una niña, esa niña era contemporánea a mí, se llama Victoria. Desde muy chiquitos tenemos fotos de cogiéndonos la mano, dándonos besos, toda la sexualización también de los niños o el chiste de ahí. Obviamente ellos, matrimonio arreglado básicamente. Y genuinamente Victoria es como si fuera mi hermana ahorita. La aprecio mucho y la quiero. Parte fundamental de mi infancia. Ella se fue para Miami, ellos se fueron para Miami también. Muy parecido en la época en la de nosotros y yo sigo en contacto con carticas con ella.
Ya cuando nos volvimos grandes, ella viene y pues lo lógico era que iba a pasar algo. Y efectivamente pasó de todo, o sea, nos gustamos, perdí mi virginidad con ella, fue lindo, pues como que cosas como tenía que pasar. Y eso pasó, ponle que en junio, julio y yo en noviembre le doy un beso a un chico normal hasta ahí le doy un beso a un chico. Yo cuando tuve relaciones con ella no me no culminé, o sea, fue normal, como que era lo que había que pasar, pero y con el chico me di besos y sentí y volví a confirmar lo que yo ya intuía en 10º. Desde el año pasado entré a la universidad y ya en la universidad, sin haber pasado mucho, me pude reafirmar. Entonces ya desde ahí empecé a tener mis relaciones normales y mis noviazgos. Siempre he estado con alguien. Yo creo que la herida del abandono, la herida del rechazo, la herida de la humildad y buena herida, hizo que mis relaciones fueran muy recurrentes y que generara espejos de apego importante, que yo creo que ya ese ciclo lo he venido terminando y cancelando. Voy a terminar lo personal, a ver si llegamos a lo profesional.
00:42:18
P/1 - Sí, pero solamente cuando te descubrió la familia.
00:42:22
R - Entonces ya ahí yo me cuadré con un chico, Fernando Vázquez, en el primer semestre de la universidad. Y duramos muy buen tiempo, porque a mí me descubren casi que en sexto, séptimo semestre, es decir, duramos dos o tres años aquí en Colombia juntos. Él cargaba en su billetera una foto del chiquito, una foto del niño. Y yo solía comprar la lotería, entonces compraba el Baloto, yo tenía la foto de él en mi billetera y había salido en el periódico del domingo que se habían equivocado en el resultado del Baloto y yo me había ganado cuatro números. Es decir, que me ganaba una plática, pero me podría haber ganado mucho más o perdía la plática. Efectivamente perdí la platica, pero mi papá sube a esculcar mi billetera para sacar el boleto, para confirmar si era multimillonario. Y él ve la foto, él no me dice nada, pero la coge contra mi mamá y le dice a mi mamá que vaya y revise, él tiene una foto, no sé qué, ta. Mi mamá entra y me interpela y yo le digo que sí, que sí, que yo soy gay. Y arranca a llorar y entra mi hermana y mi hermana abre la puerta y lo sabían, son drogas. Y yo cállate, estúpida, que no son drogas, solo soy gay. Y eso fue peor. Entonces desde ahí, ellas tapándose las lágrimas para que mi papá no se diera cuenta y tratando entre las dos hermanas y mi mamá, mi papá bajó, estaba pasando todo esto, obviamente lágrimas, el tiempo, la mentira que teníamos que inventarnos entonces que la foto era para un trabajo en donde yo tenía que estampar en una camisa y se la embarajan al final de la historia, él queda como con la duda, mi mamá también, pero a mí me mandan para Inglaterra, a mí me tratan, bueno, me quitan el celular. Recuerdo mucho que cojo una mochila, dos calzoncillos y yo bueno, ya aquí se armó, yo no vuelvo. Mi hermana mayor me fue a buscar a la universidad, tuve una conversación muy fuerte con ella y esas son las cosas de la vida, de cómo uno tiene que empezar a sanar mucho. Porque imagínate que mi hermana mayor, creo que una de las primeras cosas en las que me interpela es ¿tú cómo crees que voy a criar mis hijos al frente tuyo?
Pues yo no me acuerdo ni qué le contesté, pero la vida le imposibilitaba tener bebés durante mucho tiempo. Yo todos los días rezaba, o sea, todos los días. Y ahí es muy curioso que no te haya contestado lo de la religión, porque pues todos los días le pedí al universo yo creo que las energías positivas están en un lugar y las energías negativas están. Y eso, esa tensión, eso jalona. Tú decides de dónde conectas y cómo aprendes. Y siempre decía como energías positivas, permítela, quiero perdonar. Eso que me dijo le dejó una huella. Y tal vez durante mucho tiempo por eso creí que no podía tener y tuve que hacer un proceso grande como de perdón para liberar también a ella y a mí, porque pues las palabras tienen mucho poder.
00:46:01
P/1 - Sí.
00:46:03
R - Al final yo termino yéndome a Inglaterra. Mi papá no se despide de mí cuando me voy para Inglaterra. Y Fernando, mi novio de ese entonces, también se viene conmigo para Inglaterra. O sea, él logra acomodar todo y terminamos juntos. O sea, nos querían separar y terminamos viviendo en Inglaterra casi dos años. Entonces a lo cual también agradezco muchísimo porque tuve grandes, yo sé, es muy chistoso. Todo el mundo dice no, pero pues a quién lo castiga es mandándolo a Inglaterra a estudiar. Era lo que mi mamá creía, porque mi mamá creía que era el entorno de ser comunicador.
00:46:43
P/1 - Que te hacía mal.
00:46:44
R - Que me hacía mal, sobre todo porque uno de mis tutores, que era el vicedecano, era gay. Entonces a él lo odiaron, a ese profesor lo odiaron durante mucho tiempo. En mi casa, pues mis hermanas y mi mamá y ellas poco a poco. Con mi mamá yo me acuerdo muchísimo que tuvimos una etapa muy interesante y era que nos sentábamos a debatir antes de irme a Inglaterra. Tratábamos de buscar espacios para hablar y nos sentábamos, bueno, vamos a hablarlo desde lo médico. ¿Entonces, qué es esto según la medicina? Y ella traía todas sus. Ella leía muchísimo y tenía unas lecturas súper raras. Yo no sé dónde sacaba las lecturas mi mamá, pero claro, eran lecturas de conversión. O sea, ella se documentó. Ella se documentó de mucha lectura de conversión. Entonces era como tú decides, es tu responsabilidad cambiar. El poder mental lo puede todo. Si tú quieres, puedes, sí. Entonces nos sentábamos y hablábamos desde eso.
Me acuerdo muchísimo que una vez nos sentamos a hablar desde la religión y yo tratando de buscar versículos y artículos para argumentar si en la Biblia había o no había gays y encontré por allá una revista jesuita que decían los homosexuales son hijos de Dios. Entonces yo me llevaba a mi revista y la sacaba de la biblioteca e iba a hablar con mi mamá pues para continuar el debate. Mi mamá al final lo ha asumido bastante, bastante, bastante bien. Sí, le costó muchísimo. Uno no cree que esas cosas sean determinantes hoy por hoy, en este entonces. Muy seguramente para los más jóvenes ya no es. Pero bueno, sí lo fue para mí y para mi vida y para lo que he vivido. Sí, ha sido todo un tema.
00:48:34
Pues es así que aún no tengo una buena relación con mi padre y que no puedo pasar diciembre con mi familia. Y que cuando mi mamá me tiene que venir a visitar o cuando yo voy a la casa, esta casa que no ha vuelto hace al menos dos años. No voy, que es la casa donde me crié. Mi papá se tiene que ir, el no me pude ver.
P/1 - ¿Por esta cuestión?
00:48:56
R - Por ser gay. Que ahí también va una historia que también la registro para que quede en la memoria. Yo bueno, voy a hablar un poquito de lo laboral Y perdón que hablo mucho.
P/1 - Esta bien, esta lindo.
R- Estábamos en quedamos, bueno, me cuadré, me fui para Inglaterra, todo el asunto. Volví y volví a ser voluntario de Cruz Roja. Entonces llegué y me vinculé con Cruz Roja. Y creo que Cruz Roja fue donde arrancó toda mi carrera profesional. Le debo muchísimo a ese espacio. También la vocación de servicio. Me acuerdo que fui, empecé con todo el tema de cambio climático, de estrategias pedagógicas y comunicativas para el cambio climático. Mi énfasis: Ah, bueno, eso era otra historia. Yo nunca quise ser en la universidad tú podías escoger si eras publicista o periodista o audiovisual o cualquier cosa. Y lo primero que yo hice fue no coger periodismo. Pues era darle gusto (a mi papá) y no. a mi no me gustaba. Entonces escogí publicidad, porque existía un énfasis en publicidad o en mercadeo social.
Entonces yo dije yo voy a hacer campañas de responsabilidad social y voy a ser un publicista social. Y cuando regresé de Inglaterra, arranqué trabajando con Cruz Roja con campañas de comunicación sobre cambio climático. Y representé a Colombia, representé a la Cruz Roja Colombiana en la COP 16, en Cancún. Teniendo eso, estoy hablando de 2008-2009, entonces estuve en la COP 16.
P/1 - ¿Tenías 19 años?
R - No más, estaba como de 20. Estaba a punto de graduarme ya, porque entré a Cruz Roja para hacer prácticas y pasantía. Entonces estuve en Cancún, yo ya había superado mi relación, arranqué con Cruz Roja, hacía exposiciones fotográficas, hablaba de cambio climático, ilustraba y hacía unos personajes. Entonces estaba el doctor clima, bueno, mucho activismo en cambio social, en cambio climático. Y empecé con un proyecto en Quibdó y en Bojayá, que son áreas de conflicto, Bojayá es donde pasó la masacre de la iglesia, que una pipeta que envía la guerrilla en enfrentamientos con paramilitares cae sobre una iglesia y mueren 69 personas civiles, mayoritariamente niños, porque todo el pueblo se había resguardado en la iglesia. Eentonces Cruz Roja usa excusas como el cambio climático para estar en los territorios. Y este era un proyecto que era un Dipeco, que era cooperación europea que financiaba un proyecto de adaptación de cambio climático.
Y nuestro trabajo era elevar casas, para que la cuota, en el Chocó se inundan mucho y las casas son palafíticas. Pero las cuotas de inundación por el cambio climático habían aumentado y tocaba elevar las casas para que la cuota de inundación no afectara la vida cotidiana, porque pues reubicarlos era muy difícil. Eran medidas de adaptación. Entonces enseñábamos a hacer huertas, o sea, terrazas elevadas para poder sembrar. Cambiamos patos por gallinas, gallinas por patos, porque los patos nadan, las gallinas se ahogaban igual los patos se fueron con la inundación y luego no sirvieron para nada. Pero fueron como un año y medio viviendo entre Quibdó-Bojayá. De Quibdó a Bojayá eran 4 horas en lancha. Y yo aprendí mucho y tenía un grupo de muchachómetros que eran jóvenes que estaban impregnando la alfabetización digital. Y ellos iban y medían las cuotas de inundación y le avisaban al pueblo cuando estaba creciendo el río para prepararnos.
Creo que toda mi dinámica del pasado, de este desplazamiento, luego mi experiencia en esa Colombia profunda y que uno de los jóvenes de los muchachómetros lo habían reclutado porque no lo volvía a ver, fue un tema muy complejo. Hizo que yo me interesara en temas de conflicto. Mi trabajo museológico inicial fue a través de trabajar sobre la representación del dolor y de la memoria. Entonces tuve la oportunidad de entrar a trabajar en el Centro Nacional de Memoria Histórica. En ese entonces era grupo de Memoria Histórica. Yo entré al grupo de Memoria Histórica en el 2011-2011.
00:54:17
P/1 - ¿Antes de los acuerdos?
00:54:19
R - Sí, es que antes eso era la 975, porque existió un proceso que fue el proceso de Uribe, el proceso de desmovilización de los paramilitares. En ese proceso de desmovilización de los paramilitares había que hacer un informe general Ÿousand de Memoria Histórica, que es el que conocemos como el Basta ya. Entonces yo entré en la última etapa del grupo de Memoria Histórica. Ya estaba la ley 1448 del 2011, que es la ley de víctimas, ya creada el Centro de Memoria Histórica. Entonces yo estuve en el tránsito entre el grupo de Memoria Histórica, que era de la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparación, que era una comisión de civiles e iba a pasar a ser un ente gubernamental. Eso ya lo ha demostrado el tiempo, que es una mala decisión. Muchos de los comisionados o muchas de las personas que participaban en la comisión ya no están. Los productos que realizaba ese grupo eran excepcionales, pero yo estaba ahí como comunicador base, comunicador junior, de raso, haciendo boletines, actualizando la página y demás.
Y poco a poco, ya en el Centro de Memoria me fui tecnificando. Entré a la maestría de museología y tuve la oportunidad, gracias al apoyo de varios, de Gonzalo, de Marta Nubia, de María Emma, de varios de los asesores seniors del centro, que yo empezara a ser curador. Primero fui comunicador del Museo de memoria, era el enlace entre comunicación y el centro. Estando en el centro de memoria, mi rol era hacer las semanas por la memoria. Haciendo semanas por la memoria tuve un episodio, un trastorno disociativo por estrés, por no entender qué era lo que me estaba pasando con relación de estar escuchando los testimonios de las víctimas y asumiendo más de lo que debería. Entonces tuve tres días de amnesia. Pues sí, porque trabajar yo creo que en Colombia hay que preguntarse sobre las víctimas también del sistema de justicia transicional, de los trabajadores. Tú hablas con cualquier persona que haya trabajado en la comisión, en el centro y todos han salido psicosocialmente muy afectados, muy afectados. Entonces yo estuve en el centro 2011, desde 2011 al 2019.
P/1 - Mucho tiempo.
R - Fueron 8 años o 10 años porque hay unos meses. Y crecí hasta llegar a ser el curador del eje cuerpo de voces para transformar a Colombia. Entonces toda la formulación de los lineamientos conceptuales del museo, escuchar las voces, hacer el guión del eje cuerpo, que un poco lo que nos preguntábamos es ¿qué le hace la guerra al cuerpo? ¿Cómo el cuerpo resiste la guerra? Hablando de las victimizaciones que se reflejan a través de la deshumanización, conceptualizando sobre eso, pero también buscando nuevas formas de representar el dolor, porque el ejercicio es que nosotros debemos, la memoria no es una memoria vengativa, tiene que ser una memoria plural y el ejercicio era que debíamos tratar de propiciar como posibilidades de una memoria que transforme y que no inmovilice. Entonces esa posición de esa memoria no inmovilizadora se partía o parte del principio fundamental de darle agencia a la víctima, de que la víctima tiene agencia, de que nadie le tiene que dar la voz y lo que uno tiene que hacer es ser plataforma de divulgación de lo que ya hacen y de ya cómo ellos superaron ese trauma o están en trámite. Entonces creo que fue un gran aprendizaje. Mientras todo esto estaba ocurriendo, desde segundo semestre estaba Stonewall Javeriano y el Museo Cuba empezó en 2015 estando en el Centro de memoria.
00:58:44
P/1 - ¿Cómo fue? Me lo cuenta.
00:58:48
R - Bueno, pues les contaba yo que teníamos el grupo de diversidad sexual, la red de grupos de diversidad sexual de las universidades, que tenía una línea de memoria y en esa línea de memoria, redes empezó a generar una colección, incluso hay un artículo en donde dice pronto se inaugurará un museo LGBT desde los estudiantes y eso ya se había anunciado y empezamos a recoger la colección. Luego en asamblea, Redes decide que la colección que no iba a seguir con la línea de memoria y Eduard, que en paz descanse, un compañero, le entrega a Javier Niño la colección con la dinámica de que alguien asumiera de por vida la responsabilidad de la colección. Así se empieza a constituir Museo qu, durante varios años se trabajaron en los estatutos y en la consolidación y en 2015 empezamos a planear la primera muestra expositiva. Ah no, mentiras, en 2014 para que en 2015 hiciéramos la primera muestra expositiva que se llama lo que se ve no se pregunta, El closet en Bogotá. Era nuestra salida del closet el 11 de octubre del 2015 por eso Museo Cuba va a cumplir 10 años en 2025, el otro año vamos a botar la casa por la ventana. Y Stonewall ya lleva 15 años.
Ÿ Cumplió el año pasado 15 años. Entonces con Museo qu arrancamos con lo que se ve no se pregunta, que era una muestra que indagaba sobre las percepciones del closet y también era nuestra salida del closet como colectivo. Con una exposición museográfica no nos ganamos una beca y de ahí arrancamos a trabajar. Primero vino lo que se ve no se pregunta. Luego hicimos Lluvia de Sobres, que Lluvia de Sobres era una reflexión sobre el matrimonio igualitario. Entonces invitamos artistas. Bueno, la historia es cuando cuando uno se casa es usual pedir lluvia de sobres, que son unos sobres en donde echan dinero, eso no sé si sea una costumbre, entonces en las tarjetas uno dice Regalo Lluvia de Sobres. Pero cuando el matrimonio es igualitario lo que tú recibes es una lluvia de críticas, no una lluvia de sobres. ¿Sí, porque del mismo sector te dicen pero si es una figura hegemónica patriarcal, por qué te vas a casar? Y por el otro lado es como estás lapidando el concepto de matrimonio que es una figura entre hombre y mujer. Entonces uno siempre que asume el rol de casarse en ese entonces tiene que entrar… y queríamos justamente recibir a través de sobres intervenidos por artistas esas opiniones sobre el matrimonio. Nos salió de todo, matrimonio igual muerte, matrimonio igual vida. Ahí creamos unos ejes curatoriales y quedó una exposición muy bella que se llama Lluvia de Sobres.
01:02:00
P/1 - ¿Y estas exposiciones las hacían y las ponían donde?
01:02:02
R - Esta por ejemplo, La Lluvia de Sobres la hicimos en una sala expositiva de la cámara de comercio. Buscábamos los lugares, los gestionábamos porque sabíamos que queríamos llegar a los museos, pero para llegar a los museos había que legitimar nuestra calidad en el trabajo. Y fue muy chistoso porque durante mucho tiempo Museo qu fue uno de los museos con mayor número de museólogos y con mejores profesionales capacitados en Colombia.
01:02:30
P/1 - ¿Pero en este momento eran voluntarios siempre?
01:02:33
R - No, nosotros siempre hemos sido voluntarios. Realmente somos un grupo de siete amigos que tienen unas redes y unas alianzas que se activan según proyecto y funcionamos por clústeres y el staff de siete siempre puede variar. Actualmente, por ejemplo, tenemos ya una nueva generación que nos dimos cuenta hace muy poco, como oye, ¿cuántos años es que tienes? Porque claro, quien se vincula Museo qu es por la dinámica, la puerta está abierta, cualquiera llega si la dinámica de trabajo le posibilita, le es funcional para él y a nosotros continuamos, eso es muy orgánico.
Y Mauricio y Ángela, que son las dos nuevas personas del Museo qu, que ya llevan dos o tres años con nosotros, cuando un día le estábamos preguntando, porque nos sentimos súper contemporáneos, ¿no? Tengo 28 y yo tengo 38, como que nos dimos cuenta que sí habían 10 años de diferencia entre nosotros y que eso ya daba cuenta que sí venía una nueva generación que iba a seguir el legado del museo qu. Y claro, nosotros a veces nos cansamos porque la autogestión no es tan fácil y ya decimos ¿cómo y dónde están los otros? ¿Y quién sigue con esto?
Y ya yo tengo mis compromisos porque todos trabajamos y museo qu solamente o nos reunimos muy temprano o nos reunimos los sábados, o nos reunimos muy tarde y activamos sport proyectos. Entonces hicimos Libido, que Libido es una exposición que fue, creo que fue la primera exposición grande en un museo. Y es que creamos una metodología para investigar colecciones de museos e identificar dónde están las representaciones LGBT y hacerlas visibles. Y por ejemplo, cuando lo hicimos en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, nos dimos cuenta que muchas de las obras que nosotros habíamos escogido para la muestra de Libido nunca habían sido expuestas. Entonces eso nos parecía muy importante. Un poco lo que yo les contaba era que claro, con Stonewall y con los espacios de activismo en donde yo estaba, estábamos conquistando matrimonio igualitario, estábamos conquistando derecho a la adopción, cambio de sexo en la cédula, pues como que estábamos dando luchas legales, pero veíamos que esas luchas legales no se evidenciaban en una transformación positiva de las vidas o de las violencias, no era una red, nosotros conquistábamos algo y al contrario, se disparaban también los índices porque volvíamos a hacer foco y volvíamos a la polarización. Y Museo qu en algún momento nosotros dijimos bueno, con el grupo teníamos una colección y con el grupo decíamos ¿cuál va a ser nuestro rol en el activismo colombiano? Y lo que quisimos es desde el principio dijimos no queremos hacer activismo cultural, ¿pero qué tipo de activismo cultural queremos hacer?
Y siempre nos dijimos queremos hacer un activismo cultural pedagógico, un activismo cultural no radical que tienda puentes sino que levante muros. Nosotros legitimamos y defendemos a quienes usan la radicalidad también como método de digna rabia, como forma de resistencia y como forma artística de representación también. Son necesarias esas perspectivas, pero debe existir alguien que genere un puente y las pedagogías tibias, suaves que genera museo qu Por ejemplo, arrancar un recorrido hablando sobre las flores. Las flores son un bastión evolutivo en donde hay órganos femeninos y masculinos, eso antes en la evolución biológica no existía, es una evolución y hay flores que tienen que tienen sus genitales al desnudo, hay otras que no y nos empezamos a dar cuenta que podíamos invitar a las personas a ver pornografía vegetal y entonces la abeja iba y nosotros miran la pornografía vegetal, así como que de esa diversidad. Inspirado además en varias literaturas de diversidad natural queer. Leer las flores breve historia queer de las plantas creo que fue nuestra estrategia, ha sido nuestra estrategia pedagógica más querida porque ha posibilitado entrar en escenarios en donde no todo el mundo quiere escuchar.
Por ejemplo, la señora ama de casa fascinada con las orquídeas y resulta que la orquídea es una flor drac, es una flor que se disfraza para atraer el insecto, entonces ella se draguea de insectos la misma flor para ser atractiva y que el insecto llegue a acopularla y así es como se reproduce. Y empezamos a trabajar con leer las flores también unos recorridos. Nuestros proyectos nunca mueren, cada oportunidad que nosotros tenemos reactivamos el proyecto.
01:07:50
P /1 - ¿Trabajando con escuelas, por ejemplo?
01:07:52
R - No, con escuelas no, trabajamos en jardines botánicos y en parques. Nosotros todavía solamente hicimos un piloto de infancias trans que lo lideró Ángela, la nueva compañera mujer trans, en donde compartían cartas, el museo qu era el mediador entre la carta que el niño trans tenía que decirle al papá y el papá poder escribirle al niño. Entonces eso sirvió como en un escenario de catarsis también, porque uno necesita también tener escenarios de escucha activa y poder decir si con nuestro acompañamiento. ¿Qué más hemos hecho en el Museo qu? Bueno, la página está hace rato, nos ganamos el Reimaginado, ganamos la coronación del Reimaginado como proyecto museológico innovador, eso fue en 2016 en el Reimaginado de Medellín y pues creo que ahí hemos mantenido un ritmo de producción importante. En 2019 sacamos devenir queer al límite del patrimonio, que es premiado por el Concejo de Bogotá como mejor investigación de ese año. Es una publicación bastante desobediente que trata de poner en cuestión si el patrimonio es aquello que heredamos del padre, pero además, el patrimonio busca organizar, categorizar, unir. Pero también hay unas tensiones coloniales sobre el patrimonio. Nosotros entramos a explotar el término para pararnos desde un límite distinto y decir el patrimonio colectivo o los patrimonios hegemónicos no nos representan. Y quizás nuestro patrimonio está en el legado inmaterial de las mujeres trans que se transmiten una u otra a través del saber oral, la experiencia de transitar. Entonces es un compendio de múltiples perspectivas de lo que puede ser nuestro patrimonio como colectivo, sin decir este es nuestro patrimonio. Y nosotros siempre hemos dicho que Museo qu es una voz más de un ecosistema muy grande, porque las grandes mentes piensan iguales. Y cuando sale museo qu también empiezan a emerger muchas iniciativas culturales para generar y hay un ecosistema , yo creo que ahorita en Colombia podemos hablar de que hay un único sistema importante de activismo cultural queer que hay que ponerlo mucho en valor.
01:10:25
P/1 - Y estaba ahí ya.
01:10:27
R - Sí, siempre ha existido Museo qu, ha sido una plataforma de circulación y divulgación de ese patrimonio. Por ejemplo, las residencias. A mí me parece muy interesante las residencias virtuales, porque las residencias posibilitan descubrir o descubrirnos. Nosotros como tutores nos descubrimos detrás de cada una de las residencias y de las reflexiones de cada residente.
01:10:50
P/1 - ¿Qué es una residencia?
01:10:52
R - Las residencias es una estrategia en donde el Museo qu como museo entrega el poder. Nuestros canales son nuestros, nuestros canales es el museo mismo. Cuando nosotros no tenemos activación física, entonces en la residencia invitamos durante una semana o 15 días a un artista a hacer lo que quiera, pero ese hacer lo que quiera tiene un acompañamiento de un tutor, y ese tutor lo que hace es generar preguntas ¿por qué por ahí? ¿Por qué no por acá? ¿Por qué esa perspectiva? ¿Por qué estás dejando por fuera aquello? Y muchos han usado la plataforma de la residencia para hacer co-creación con la comunidad que sigue a Museo qu. Entonces, desde músicos que han compuesto canciones con el acompañamiento, hasta escritores que hacen escritura creativa con los públicos o circulación de obra existente.
Entonces como que el rango es muy flexible. Lo que nos parece a nosotros interesante es que sirve de catálogo. Lo hacemos cada dos años porque nuestra capacidad no está. Podríamos hacerlo perfectamente cada año. Usualmente siempre tenemos entre 10 y 15 residentes cada dos años. Este año vamos a sacar residencias, va a estar muy interesante. Y por ejemplo, nos alegra mucho que a través de las residencias hemos podido identificar unos talentos y por ejemplo, Mr. Toca, que está ahorita en España, que es el primer reggaetonero queer de Colombia, o la morena de Chicamocha, que es la canta actual Premio Nacional de Bullerengue mujer trans, afro que está siendo bullerengue y que tiene, yo creo que es el talento más importante que tiene ahorita Colombia, que en donde la escuchen y la apoyen, pues muy seguramente va a ser un legado muy importante.
Pero ahí han pasado fotógrafos, ha pasado ilustración, ha pasado. Entonces en residencias aprendemos mucho, sobre todo a conectar, hacer redes, porque el acompañamiento pasa más allá de oye, hoy tienes que postear. Ni siquiera les damos. Yo creo que si un artista quisiera no postear nada, no postea, pero tuvo la oportunidad de tener el proceso. Por ejemplo, una colega argentina hacía retratos, una retratista, y dedicaba 1 min por cada año de vida de mujeres trans asesinadas. Entonces hay retratos incompletos, porque las asesinaron a los 19 años, tenía 19 min para poder pintar el retrato. Y esa reflexión es muy potente y luego acompañar la catarsis que ya estaba viviendo con nuestro propio dolor también, porque aquí en Colombia las cosas no están tan bien. Digamos que Bogotá es un paraíso diverso, de verdad, es la ciudad, es la capital de la diversidad en Colombia. Pero en los territorios no es así.
01:14:28
P/1 - ¿Hay mucha violencia, como es?
01:14:29
R ‘ Sí, se siguen perpetuando muchas violencias, hay muchos riesgos, hay mucha inequidad y mucha desigualdad. Y ahí esas intersecciones son muy complejas. Ser gay o ser lesbiana o ser trans vulnerable o en condición de vulnerabilidad es muy complejo, incluso para el acceso a los medicamentos. Y eso también es algo que indaga, que mando mariposas, un proyecto de museo qu y es que empezamos a recopilar los panfletos amenazantes para las personas LGBT y queer. Los grupos armados dicen marihuaneros y maricones serán exterminados de esta zona.
01:15:22
P/1 - ¿La guerrilla decía eso?
01:15:23
R - Sí, sí, claro.
01:15:26
P/1 - ¿Y los paramilitares también?
01:15:28
R - Eso siempre ha sido algo que a mí me ha cuestionado muchísimo. Claro, los paramilitares ni hablar, esos son los que más se oponían. Pero la guerrilla también hizo asedios importantes hacia la población LGBT. Hay muchas victimizaciones, por ejemplo por por xenofobia o xerofobia. Muchísimo por xerofobia. Entonces cualquier persona en territorio, ser VIH positivo es una amenaza, es un decreto para que seas un objetivo militar, porque vas a contagiar a otros por lo que sea que esté en el imaginario del victimario. Y ahí hay grandes temas que abordar. Entonces tenemos quemando mariposas es una representación o es una muestra, es un archivo en donde están los nombres de las víctimas, donde tenemos los panfletos y hacemos una activación que se llama manifiestos disidentes. Los manifiestos disidentes es una metodología para escribir manifiestos de lucha, para reivindicar aquellos, a los ausentes, o las ausentes, pero también conmemorar. Y es un micrófono abierto, entonces hacemos un taller de manifiestos y después se leen los discursos o se leen las intervenciones. Y eso todo ya se ha activado tres veces de maneras muy distintas. ¿Qué más hemos hecho? Yo creo que creo que por ahí.
01:17:12
P/1 - ¿Tienen un archivo, las cosas que van haciendo la guardan las digitalizan?
01:17:19
R - Nosotros tenemos la colección original, tenemos obra que ha adquirido Museo qu, tenemos una pequeña colección de arte y tenemos un repositorio digital de los proyectos.
P/1 - ¿Es todo digital?
R - Mayoritariamente digital , de la nueva producción es mayoritariamente digital, aunque guardamos algunas publicaciones.
P/1 - ¿Pero donde guardan las publicaciones?
R - Están en el depósito de mi apartamento en este momento, aquí muy cerca. No sé qué más contar.
01:17:59
P/1 - Bueno, vamos a volver. Un instante de Museo qu, pero ahora la parte de tu vida de profesional.
01:18:06
R - Listo, ¿en qué quedábamos? en el Centro de memoria. Ah, no, eso es una historia. Bueno, el centro de memoria fue una escuela impresionante. Incluso mi tesis de maestría en museología, que se llama Curar para reparar, que juega con la polisemia del verbo curar. Yo soy curador, yo hago curaduría, pero yo también puedo ser un sanador, un curador y curar o sanar para la reparación. Era una reflexión que a mí me parecía interesante.
Desde el momento uno que yo entré en el eje cuerpo y que conecté con las historias de vida de cuerpos biográficos y con cuerpos colectivos y demás, me propuse que nada iba a estar por encima del proceso que esté viviendo cada persona en su momento. Y que la exposición no era lo importante, sino que yo me iba a dedicar y quería generar una metodología para que el proceso de curaduría fuera un proceso de cura, de sanación. Entonces, por eso la tesis vincula conceptos de la comunicación, de co-permitir, ver, de dar sentido, de que el otro sienta. Entonces a mí me encanta. Yo usaba la polisemia del verbo contar, por ejemplo, yo cuento una historia, pero cuento como número, pero cuento contigo o cuento conmigo. Usaba muchas técnicas de apoyo psicosocial. Entonces era lo psicosocial, el ejercicio museológico curatorial y la comunicación, la museología social y la comunicación social como tres nodos que se solaparon durante todo el proceso y me permitieron construir esa metodología. Y lo que yo contaba un poco en mi tesis era un desahogo de qué era lo que había alcanzado a hacer y qué era lo que no iba a hacer.
Y ya previendo lo que iba a acontecer, porque al final de la historia, ese proceso fue un proceso que terminó en revictimización para todas esas personas que confiaron en nosotros en ese momento.
P/1 - ¿Cómo lo hicieron?
R - El centro y el grupo de Memoria Histórica generan una dinámica de trabajo con las víctimas y generan unas confianzas. Pero Colombia no tiene las garantías para que las víctimas confíen en el gobierno. No las tenía en ese entonces. Ingenuamente creímos que sí, ingenuamente creímos que había voluntad y que íbamos a cambiar. Pero cambió el gobierno y generaron un proceso de revictimización en aquellas personas que confiaron en esa institución estatal. Por eso es que creo que la digamos, por ejemplo, yo trabajé 10 años. De esos 10 años, cuatro fueron construyendo la muestra inicial del guión del Museo Nacional de Memoria Histórica. Esta muestra inicial de ese guión era un acordeón, era una estructura, era una forma de ser, de hacer, de cómo era el relacionamiento y hacia dónde íbamos. Eso podía agrandarse tanto como todas las memorias que faltaban en el país. Y en algún momento, cuando sabíamos que iban a llegar unas perspectivas distintas, yo estaba confiado que esas perspectivas iban a llegar a enriquecer el relato. Es decir, voy a hablar en carta blanca. El grupo de memoria, el grupo de la Comisión de Reparación y Reconciliación surge por un proceso de paz por los paramilitares. Por ende, las mayores investigaciones eran los que aconteció con los grupos paramilitares. Luego sale la ley de víctimas y luego arranca todo el proceso de paz de las Farc.
Entonces sí había una mayor memoria sobre el tema de los paramilitares. Y yo dije bueno, si viene una perspectiva distinta, pues van a robustecer las memorias de los otros actores y eso va a llegar a nutrir. Sin embargo, yo siento que la estrategia fue inmovilizar y reducir a la mínima expresión la entidad, pero no tener las memorias de las víctimas de ningún tipo. Entonces se quedaron quietos, se inmovilizaron, se metieron en discusiones en donde no debían, tomaron malas decisiones, y eso afectó una construcción de una institución naciente que en un principio hizo las cosas bien, pero que revictimizó. Y ahí salimos revictimizados todos. Yo me siento víctima del Centro de Memoria Histórica. Yo duré durante cuatro años en procesos importantes psiquiátricos, tomándome centralina y que te apina en la noche, o sea, con medicación fuerte diaria para poder dormir, porque tuve un episodio en donde no dormí durante más de 78 horas. No podía dormir.
Y pues no hay ninguna estrategia y no hay ningún cuidado con relación a qué pasa con esas personas que trabajan con las víctimas. Si no lo hay ni siquiera con el funcionario, mucho menos lo va a ver con aquella víctima que tú fuiste y entrevistaste, con aquella víctima que hizo el esfuerzo de no repetición, de entregarte su memoria. Entonces yo, por ejemplo, a todo el mundo le digo hazlo si es útil en tu proceso. ¿Sí, que es un poco lo que yo decía, cómo por qué quieres hacer esto? Y es muy curioso porque la sociedad también le exige a la víctima que narre rápidamente su proceso de recuperación. No hay ni siquiera es como ya, pero cuénteme que está bien, ¿por qué? Y siempre han cargado también un tema y es yo lo cuento para que no se repita.
01:25:06
P/1 - Una cristalización de la funcionalidad.
01:25:10
R - Sin importar que ese relato te vaya a hacer daño o no. Es como tú estás en el deber de volver a decirme la misma historia, que ya sé que está escrita 1000 veces, pero vuelve y dímela porque es tu deber como víctima. Y ojalá me cuentas también la agencia y todo el poder de cómo saliste adelante. Entonces, hay varias cosas. Yo soy súper crítico con muchas vainas. Colombia lleva 19 procesos de paz, yo he vivido dos. Aún así creo que estamos mejor, aun así creo que no podemos dejar de insistir una y otra vez en construir paz.
Y la paz debe dejar de ser entendida como un acuerdo entre gobiernos y unn actor. Yo creo que la paz tiene que ser el convivir, el buen vivir, el estar en paz también con uno mismo. Yo tuve un episodio muy profundo, yo creo que yo toqué fondo psiquiátricamente y profesionalmente y todo. Arrancando pandemia, yo venía, yo estuve, esa es otra historia, pero la voy a contar porque me parece también que es importante en esta pieza. Bueno, mi novio de Inglaterra, después de mi novio de Inglaterra tuve por ahí un tránsito de un año con otra persona y en 2013 me cuadré con alguien, con Diego López, un narcisista que nunca me di cuenta que era narcisista, persona que me instrumentalizó y me usó económicamente hablando. Pero como todo siempre está al lado malo, está al lado bueno, pero me dio grande, su ambición era tal que me dio grandes alas para ser el profesional que soy. Entonces yo durante mucho tiempo era temeroso de creer que tenía la capacidad de merecer, que yo merezco este trabajo, o yo merezco esta posición, o yo merezco cobrar lo que cobro.
Y él, hágale que usted puede, que usted es bueno. O sea, fue un gran impulso, fue un gran impulso. Al final de la historia, la cosa no terminó bien porque yo tenía que firmar la gerencia del museo de Bogotá. Y la gerencia del museo de Bogotá era un trabajo fijo de planta y yo tenía muchos contratos, entonces me ganaba más teniendo muchos contratos que teniendo un puesto fijo. Pero era el paso que yo estaba esperando profesionalmente. Entonces yo de terco y decidido, él me sienta y me dice mira, no te conviene. Y yo no, pues es el paso que tengo que dar no te conviene, no es el paso que… El día que no recibí sueldo porque hubo un problema, yo cancelé todos los contratos y ya me tenía que salir el y algún abogado por allá terminó diciendo que la comunicación no era afín a la publicidad, que tocaba cambiar el manual de funciones. Y cambiar un manual de funciones en Colombia son tres meses, eso implicaba tres meses sin salario. Y el día que yo no recibí salario se devolvió para la casa de su mamá con mi perro y con la mitad de las cosas después de nueve años de convivencia.
Entonces creo que eso hizo que yo me reorganizará, volviera hacia lo importante, volviera hacia mí, replantear. Aunque yo nunca he estado insatisfecho ni con mi vida, ni con mis proyectos, ni con nada, creo que yo siempre he sido una persona muy optimista que cree en la capacidad de crear la energía. O sea, tanto la energía que irradio como la energía que necesito para los proyectos, esa energía no llega, esa energía la creo.
01:29:38
P/1 - ¿Pero ahí en pandemia qué pasó?
01:29:40
R - Ah, pues en pandemia me quedé solo un muy buen rato y encontré una coach de esas multifuncionales de ahorita que tienen todas las... Sí, hice regresión del niño anterior, constelaciones, sanar árbol genealógico padre, sanar árbol genealógico madre. Y yo desde ese momento, desde ese proceso empecé, aprendí a meditar. Yo sé, la meditación es la meditación no es quedarse quieto, es encontrar un oficio, una práctica o un algo que te posibilita a callar la mente para escuchar otra cosa, para escuchar tu yo superior o tu mejor versión. Y yo siento que en este momento tengo unas comprensiones, he desarrollado unas comprensiones interesantes de lo que somos como colectivo, del momento en el que estamos, de cómo nos olvidamos de una historia de 7000 millones, de 7000 antes de Cristo, de cómo no entendemos que somos una partícula momentánea muy chiquita, que las transformaciones toman tiempo y que hay que disfrutar la destrucción como la creación al final de la historia. El concepto de tu vida, o sea, el propósito de tu vida y el propósito de nuestras vidas y de nuestros momentos de estar acá es mantener en movimiento algo, aquello que no se mueve, muere, no está vivo. Vida igual movimiento, muévelo, avanza y deja fluir y aprende a aceptarlo. Y yo aprendí a ser merecedor de esa aceptación, o sea, a saber que merezco que llegue, que merezco hacer.
Y me motiva mucho ser una chispa que prende una mecha y que activa una cosa que prende, que da una idea y que de esa idea luego yo me doy cuenta que pasaron otras cosas alrededor de eso. Entonces estuve en el Centro de Memoria, el Centro de Memoria salí muy mal, pues era esos tránsitos, o sea, Centro de Memoria como estaba con Investigaciones, 8 horas declarando en la JEP Darío Acevedo, pues haciendo ediciones sobre un trabajo que se había hecho cuidadosamente y no había tiempo para volver a hacer las consultas, entonces yo había generado la confianza, entonces yo tenía que renunciar. Sí, como nadie, a nadie le importa si llega un señor a decir no quiten la palabra lucha, sin importar que la palabra lucha lo era todo en ese testimonio. O cosas tan sencillas, cambien el testimonio de primera persona a segunda persona, o sea, pongan el testimonio en genérico, es como si estuviera hablando Carrefour. Son decisiones que yo entiendo que él quizás no tenía mala voluntad y lo hacía porque creía que tenía el derecho y la potestad de hacerlo porque era el director, pero entonces todos estuvimos supeditados a que alguien nombrara a alguien que le hiciera daño a todo el colectivo, pero que no solamente nos haga daño a nosotros, sino que le haga daño también a las víctimas. A nadie le importa aquello que uno teje y creo que eso era lo que más dolía. ¿Quién cuida de mí? ¿Quién cuida de mí para poder cuidar?
Y pues la palabra cuidado también es otra palabra que ha estado muy en el centro de mi tesis y de mi vida y de mis proyectos. Entonces digamos que estaba en todo ese período, cerrando centro, cerrando mi relación, volviendo a saber quién era, los museos en crisis, pandemia.
P/1 - Destrucción total.
R - Entonces creo que eso fue un corte y fue un momento de oscuridad muy bonito para volver a entender la luz y aprender a agradecer el sol, la lluvia, la comida, la vida misma. Y hubo también otro cambio que para mí me parece muy importante y es que durante mucho tiempo mis proyectos profesionales eran mi vida y ahora yo tengo vida más allá del proyecto profesional y mi vida es más grande que el proyecto profesional y me siento muy orgulloso del proyecto profesional, así que imagínate cuánto orgulloso me siento de mi vida.
01:34:49
P/1 - ¿Y ahora tu proyecto profesional cuando saliste del centro?
01:34:54
R - Yo estuve en el Centro del Centro, salí a Maloca, en Maloca hice migrar, un acto de valor, una exposición interactiva para niños sobre migración venezolana, que está narrada por una colombiana que nace, una colombiana que se va a Venezuela y está en retorno y es un diario, es el diario de Manuelita, en donde haces una travesía, pasas por el encuentro y llegas, están travesías y bueno, es un recorrido y le tienes que llevar un objeto. Y esa exposición tuvo varias innovaciones porque confluia o contraponía no sólo la migración, Colombia como país receptor, sino Colombia como país expulsor. Entonces había desplazamiento interno, exilio de Colombia también para que entendiéramos que también nosotros habíamos pasado por ello. En todo ese proceso, por ejemplo, he trabajado muchísimo con Manuel Belandia, que Manuel Belandia es la primera víctima reconocida, víctima LGBT reconocida en el marco del conflicto armado, que fue el que hizo el movimiento de liberación homosexual, logró la despenalización en Colombia de la homosexualidad e hizo la primera marcha de ciudadanía plena en Colombia en 1983.
Además es muy chistoso porque él se confundió con el nombre y durante 40 años creímos que era 82. Un historiador recientemente descubrió y lo llamo y le bueno, Manuel, ¿qué pasó ahí? No, pues la marica también se equivoca y mi memoria era y yo estaba en Barcelona y yo no tenía acceso a no sé qué esa historia. Ahí es cuando yo digo que la memoria es caprichosa y que eso también hay que disfrutarlo.
Entonces he tenido la oportunidad de trabajar con gente muy brillante y estuve en Maloca. Después de Maloca entré al museo de Bogotá como curador de territorialización. Me encargaba de proyectos en los territorios de Bogotá. Bogotá tiene 19 localidades, una de esas localidades más grandes es Simón Bolívar, en donde construimos el museo de la ciudad autoconstruida. Y creo que mis proyectos como gerente de los museos públicos de Bogotá era que el museo se convirtiera en una plataforma para preguntarnos cómo vivimos juntos en la ciudad. Y frente a esa pregunta empezamos a recibir noticias. Primero el área de estudio de público se fortaleció porque necesitábamos tener una conversación y la forma de tener una conversación era analizando qué pasaba con los públicos.
01:37:32
R - Entonces arrancamos con todo el proceso de cómo vivimos juntos en la ciudad. Y lo que la gente nos contestaba es no, en Bogotá no vivimos juntos. Esta es una ciudad inequitativa, desigual, poco cohesionada, en donde además históricamente hay unos relatos que han sido invisibilizados. Entonces por rundu nos reunimos otra vez y dijimos bueno, ahora preguntemos cómo construimos la ciudad en la cual queremos vivir. Fue peor, porque muchos tenían el futuro cancelado. Entonces tú preguntabas por el futuro y ¿cómo sí, futuro, cómo construimos vivir? Sí, con crisis climática, crisis ambiental, crisis económica, con guerras, con pandemias, pues no hay posibilidad de futuro. Y si nosotros como museo no activábamos la capacidad de imaginar, pues eso anula la capacidad de transformación.
Entonces tomamos una decisión muy loca y empezamos a trabajar en un proyecto sobre develar tecnologías de segregación, discriminación y demás a través de ciencia ficción. Y se hizo una exposición, un laboratorio que se llama el laboratorio de renovación espacial nuevos soles y sobre la ciudad nuevos soles, que es la exposición que da esos resultados que al final lo que invita es pues sí, los problemas son sistémicos, los problemas son del patriarcado, de la economía, es eso lo que hay que cambiar, ese es el sol o eso es lo que está nublando el sol, cambia el sol, quítenlo, proponga otra cosa desde otro lugar. Y fue durísimo. Profesionalmente fue un reto muy grande, más la construcción del museo de la ciudad autoconstruida, que además nos estaba enseñando otra ciudad, nos estaba confirmando todas esas tecnologías de segregación, de deshumanización en acción y en agencia. Yo siempre he dicho que lo importante no es lo que el museo haga o diga, sino aquello que las personas hacen con lo que el museo les ofrece. Y yo creo que tanto con el museo de la ciudad autoconstruida como con los museos de Bogotá, Bogotá hizo mucho. O sea, Bogotá, la ciudadanía, el Bogotá, no, de a pie, hizo lo que se le dio la gana y eso me parece a mí muy rico. Tan es así que fortalecimos el sector museal y creamos la mesa de museos de Bogotá, fortalecimos, reactivamos, ya estaba creada, pero hicimos por primera vez la estrategia de Noche de museos.
Y es una estrategia de museos y es una estrategia que moviliza a 120000 personas en Bogotá, en una noche, una estrategia que se hace sin cero presupuesto y que todo el mundo disfruta y que es increíble y sensacional. Y ahí es cuando yo compruebo y evidenció la capacidad de lo colectivo. 60 museos en la ciudad, levantan la mano y sí, Luis, yo extiendo el horario y pongo un dj o hago una activación distinta o inauguro una exposición ese día, o viene una obra de teatro o es el día en el que muestro la muestra de los talleres que he hecho y que eso ya lleve cuatro versiones y que la gente lo demande y lo quiera tanto, me da cuenta que no se necesita recurso, que no es un tema de dinero, es un tema energético, que es un tema de energía y si energéticamente 60 museos pueden transformar totalmente la noche bogotana, porque es la noche en donde se aumenta el 30% de venta del comercio, es la noche en donde las familias y todo el mundo recupera la noche para poder vivir, para poder transitar, es la noche en donde hay menores consumos, es donde nunca se ha presentado un evento importante de inseguridad. Entonces, si todos los días tuviéramos la potencia de pensar algo colectivo y hacer algo distinto colectivamente, creo que podríamos tener un proyecto conjunto como humanidad distinta. Lo que pasa es que hay intereses que siempre se interpondrán, pero pues ahí está el reto. Ya no quiero hablar más. No mentiras, ahí vamos, vamos.
01:42:26
R - No he hablado de dónde, cómo llegué acá, eso. Ah, bueno, el museo Bogotá tenía dos casas coloniales, un parque y el museo de la ciudad autoconstruida, o sea, era un, como un compendio de espacios, un equipo muy grande, fue muy chévere hacer esa experiencia. Y el profesor William, director del Museo Nacional de Colombia, mi maestro en la maestría de museología, me llama para ofrecerme esta oportunidad, me llama un día a las 7:00 a.m. Y me dice, hola Luis, ¿tú en qué, qué has pensado de tu vida? Nada, terminar el periodo con la alcaldía. Y me dice, no, te voy a llamar para ofrecer el programa de fortalecimiento. Y yo de museos y no acepto un no como respuesta. Y yo déjame pensarlo.
No lo tenía ni en el panorama, de verdad, yo no tenía ninguna, no lo he pensado, déjame. Ese mismo día me encontré con, o sea, empecé a solucionar, pues como que empecé a pensar sobre esta nueva posibilidad que me ampliaba un horizonte importante en términos de poder ser más útil,porque pues está el proyecto de ley, están todas las líneas estratégicas para los museos del país, está mi experiencia de un museo comunitario, sí, de un museo queer que se autogestiona. Ya había pasado por las dificultades también de la administración pública y ahorita pues estoy concentrado en dar a ver qué recogemos. Sí, hay como que ser muy generosos y trabajar en colectivo y activar, generar como un manifiesto en donde tengamos una voz colectiva como sector, en donde generemos dinámicas de apoyo mutuo, porque ningún museo en Colombia va a estar bien sabiendo que el otro está mal, no lo podemos, no se puede. Y ahí vamos, aquí transmitiendo desde el Museo Nacional de Colombia.
01:44:37
P/1 - Bueno, por fin volvemos a tu vida, más grande que los proyectos. ¿Dónde estás ahora?
01:44:45
R - Me casé este año, este año me casé el 21 de mayo de, ah, perdón, del 2023, el año pasado. Bueno, vivo cerca aquí al museo, estoy teniendo una vida muy plena porque me casé el 21 de mayo del 2023, es decir, tengo unos ocho meses de casado. Pues muy emocionado con cada oportunidad de interacción y de apoyo con los museos del territorio, es decir, viajo mucho y ya no sé qué pregunta me ibas a hacer.
01:45:24
P/1 - ¿Última cosa, qué quieres decir cuando miras tu vida? ¿Miras lo que hoy en día vas a vivir, tenés algo que quieras decir o se prefiere esto o qué te pasa al hacer un recorrido en la memoria de tu historia?
01:45:44
R - Agradecimiento, ¿sabes? O sea, creo que este ejercicio de que mi historia ingrese al museo da persona, es una oportunidad para agradecer y es una oportunidad para agradecer a cada persona que se cruzó y a cada momento y a cada oportunidad que también la vida puso para retarme y cada oportunidad que me sigue dando, incluyendo esta de conocerlos a ustedes y que me estén haciendo esta entrevista. Muchas gracias.
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